Habría que reconocer que este planteamiento de comunicación no se acopla muy bien a las condiciones concretas de la sociedad en general, pero si es adaptable y manejable en aquellos grupos que logran organizarse en democracia. El aprendizaje y ejercicio de una comunicación dialógica, simetría y libre son útiles, convenientes y necesarios para el desarrollo de sujetos colectivos:
a) tanto para consolidar las relaciones ad intra (= hacia adentro) del grupo (= comunicación intragrupal);
b) como para iniciar y mantener las relaciones inter (= entre) un grupo y otro (= comunicación intergrupal).
Finalmente, 3 principios válidos para cualquier forma, nivel y tipo de comunicación y por tanto, para la comunicación intragrupal e intergrupal son:
a) Una actitud abierta había "el otro" para presentarse frente a él tal como uno es, como uno piensa y siente y expresar esto en las acciones, a esto se le llama principio de congruencia.
b) Una actitud permanente de escucha y hasta de mirada "al otro" sin prejuzgar sus pensamientos y sentimientos y menos aún, sin descalificarlo por el simple hecho de que no se esté de acuerdo con él; se denomina principio de reconocimiento.
c) Una actitud benevolente hacia el otro que permita adentrarse hasta donde sea posible, sin negar la propia identidad, en sus pensamientos y sentimientos y considerarlos como propios, como única vía para establecer con él relaciones de simpatía o compasión (términos de origen griego y latino respectivamente, que significan comunidad de sentimientos y efectos). Aquí se tiene el principio de empatía.
Si los integrantes de un grupo quieren hacer de éste un espacio de democracia y de comunicación dialógica, simétrica y libre habrán de interesarse por poner en práctica estos principios.
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